sábado, 24 de abril de 2010

HOMENAJE

JULIO 2008. Esta historia fue real.

Alejandro me llamó por teléfono. Insistía en decirme:

-"Tienes que venir a ver esta pelicula... ¡está buenísima! La ponemos mañana en funcion por la tarde y otra vez por la noche y después ya no se pondrá más. No te la puedes perder"

Alejandro era entonces el proyeccionista del cine Acapulco -cine muy querido por mi-, situado en el hermoso barrio Nuevo Vedado, en Ciudad de La Habana. Quienes me conocen saben que en esa sala cinematográfica he realizado muchas actuaciones y por eso mismo tengo muchos amigos. Aprovechando mi amistad con casi toda la plantilla de trabajadores, yo iba a ver las peliculas sin hacer colas ni necesitar invitacion alguna. Esa semana se proyectarían varias películas francesas como parte de los homenajes al 14 de Julio, día nacional de Francia.
El filme del que Alejandro me hablaba se llama "NO LE DIGAS A NADIE" (Ne le dis à personne) del Director Guillaume Canet basado en el best seller de Harlan Coben. Mi amigo proyeccionista me insistió para que no me la perdiera.
Quería tambien que yo la viera desde la cabina. Tiene un encanto especial ver una pelicula buena desde la cabina del proyeccionista. Uno siente que entra en un mundo vedado a la mayoría.

- Bueno si, iré -respondí- pero sólo puedo ir a la funcion de por la noche.

Si Alejandro la recomendaba, por algo sería. Así unos minutos antes de la hora de comienzo, entraba yo en el reino amplio y encantado de mi amigo el proyeccionista y me acomodaba en un butacón comodísimo que el dueño reserva para las visitas importantes.
La pelicula es muy buena. Un triller de buena factura, y tiene lo que más aprecio en una película: está muy bien narrada. Es una historia de accion y suspense, cargada de detalles que entran subrepticiamente en la mente del espectador y reaparecen en el momento menos pensado para dar una respuesta o una conclusion en una trama que sorprende. Pero ahora no escribo para hacer una crítica especializada, esto es la narracion de lo que ocurrió en el cine aquel día. Esto es una anécdota.

Como a la mitad del filme el protagonista, un médico que es perseguido al mismo tiempo por policias y asesinos, encuentra refugio en casa de un narcotraficante violento que lo protege porque que en alguna escena anterior ese médico ha salvado la vida de su hijo. El personaje del violento traficante es latinoamericano y en una escena que transcurre en la casa del delincuente, se escucha como música ambiental un bolero cubano cantado por voz de mujer. Los dialogos se desarrollan en un primer plano de audio y sólo se distinguen fragmentos de la cancion. Una grabacion evidentemente de archivo, pero innegablemente cubana.
El proyeccionista me miró y me dijo:

- ¿te fijaste? Es una cantante cubana de las de antes...
- Si, ¿quien es?
- Eso mismo se preguntaba todo el mundo en la funcion de la tarde. Vamos a esperar a que pasen los créditos para ver quien es.

Y seguimos disfrutando de la pelicula que se ponía interesante por minutos.
Al terminar la escena final (no voy a contarla) comienzan a pasar los créditos. La música que el director seleccionó para ellos era el mismo bolero cubano de la escena que nos llamó la atencion. Ahora se podía escuchar con claridad. Una voz de mujer joven cantaba "Luna sobre Matanzas" y desde el corazon agradecí al realizador por haber escogido una cancion cubana para su pelicula y colocarla en un lugar en que se destaca especialmente.
Me sacó de ese estado Alejandro:

- ¿Te has fijado que nadie se mueve de sus asientos? Eso mismo pasó en la funcion de la tarde. La gente quería saber quién es la cantante. ¿No te es conocida la voz?
- Si, pero no la identifico. Es una voz muy joven y seguramente es famosa, pero ahora mismo me recuerda a alguien y no sé...
- Pero fíjate que todo el público sigue sentado leyendo los créditos. Eso no es usual. Eso mismo pasó en la funcion de la tarde.

Es verdad que normalmente el público casi nunca se queda a leer los créditos y en esta ocasion todo el mundo permanecía sentado aun. Percibí que Alejandro sabía algo y quería que yo lo descubriera por mi cuenta. Seguí leyendo los créditos que ya llegaban al final, justo al momento en que se ponen los títulos de musica e intérpretes. La cancion aumentó ligeramente de volumen, creo que fue Alejandro el que lo hizo, no sé.. en ese momento yo estaba concentrado leyendo.
Apareció el título:

"Luna sobre Matanzas"
Sonora Matancera
Voz: Celia Cruz

Y en ese momento -juro que así fue- los asistentes al cine se pusieron de pie y comenzaron a aplaudir a la pantalla, al nombre de Celia Cruz.
Ese ha sido uno de los más hermosos actos de homenaje que he visto en mi vida. A siete años de haberse ido de este mundo, el aplauso del publico a su nombre reflejado en una pantalla. El aplauso a su voz.
El homenaje que la censura no imaginó. El reconocimiento que los cubanos nunca le negamos.
En un cine de la Habana el pueblo de Cuba, reflejado por aquel grupo de personas variopintas y en ningún modo puestas de acuerdo. En una semana de cine francés. En una película que no trataba ni de lejos ningún tema sobre Cuba, Celia Cruz recibió el aplauso del pueblo que oficialmente la censura le negara en su momento.
Me sentí muy orgulloso de ser cubano una vez más y al parecer, no era yo el único. Alejandro, con los ojos llenos de lágrimas, me dijo:

- Aplauden... Igual que en la funcion de por la tarde...

Y nosotros tambien aplaudimos.


NOTA: Esta historia es real. Los que estuvimos ese dia en el cine lo sabemos. Gracias Celia, por todo el cariño que supiste ganarte.

2 comentarios:

  1. Gracias por la anecdota tan bien contada, la verdad, de mucha calidad humana y ademas de un final inesperado, y emotivo, pero la realidad es que, a pesar de todo, ser cubanos es lo maximo

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  2. Felicidades Marcos por el artículo, no podía haber nada mejor para este domingo que leer tu post, gracias de verdad

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