miércoles, 7 de abril de 2010

EL REPENTISTA II

Esta historia fue real.

Nació llamándose Cipriano. Cipriano Isidrón Torres, en 1903, pero eso fue al principio.
Luego descubrió la magia de cantar y con ella descubrió el don que Dios le regalara. El Don divino de improvisar décimas en verso. A partir de entonces, se llamó Chanito para toda Cuba.
Cantaba desde las emisoras radiales pobres, y su gracia divertía a los escasos campesinos que tenían radio. Ellos se encargaban de contar las ocurrencias de Chanito a los que no tenían radio, y éstos a su vez, a los que no tenían nada. Así fue como creció su fama.
Allá por los últimos años de la década de 1950 andaba Chanito Isidrón con el tres bajo el brazo recorriendo los campos de Cuba, ejerciendo el noble oficio de hacer reír a los nadies.
Andando y andando de pueblo en pueblo, divirtiéndose y divirtiendo, nadie se reía de él y todos reían con él.
En esos años, la ahora llamada guerra de liberación en la Sierra Maestra daba quebraderos de cabeza a más de algún terrateniente. Los dueños de cañaverales muchas veces veían incendiarse sus sembrados de caña por rebeldes desde el silencio de la lucha clandestina.
Había que ser muy cantor para andar merodeando por los bateyes sin ser de la zona. La guardia rural no perdonaba a los sospechosos, y sospechoso era cualquiera. Ahora 50 años despues la policía tampoco perdona, y eso que no hay guerra en la Sierra Maestra. Pero bueno, eso es otro tema.
De trota pueblos andaba Chanito por la provincia Santa Clara, de batey en batey improvisando y cantando, cuando al salir del pueblito llamado “Corral Nuevo” se encuentra en un camino rodeado por sembrados de caña y su organismo le recuerda ciertas necesidades urgentes que cumplir.
Sin pensarlo mucho, se adentra en el mar de cañas para aportar a la tierra un donativo de abono natural.
Concluida su ecológica acción (¡me quedó bueno el eufemismo!) sale del cañaveral con el tres terciado a la espalda y es sorprendido por un par de guardias rurales que ven en el repentista a un comunista sospechoso de sabotaje.
Encañonándolo con el fusil, el sargento le exige explicaciones y Chanito, que sólo contaba con la fama que la radio le había dado, se remite a ella y se identifica:

-Yo soy Chanito Isidrón
-¿El poeta? - indaga el sargento. A ver, dame una credencial, un carné de artista, algo, a ver si es verdad.
-No, sargento - responde Chanito- yo no tengo nada de eso... yo solo estaba ahí adentro haciendo... bueno, haciendo mis necesidades.
-Bueno, si tú eres poeta -dice el sargento- demuéstralo aquí mismo, porque si no... ya tú sabes lo que te espera.
Y Chanito, como si en ello no le fuera la vida, agarra el tres e improvisa una redondilla para la historia del repentismo:

Aquí mismo en “Corral Nuevo”
cagó Chanito Isidrón.
Ahí te dejo el mojón
Pero el culo me lo llevo.

Mientras el sargento reía, Chanito se alejó con su música a otra parte.
Sonriente, como siempre.

Narrado por Ricardo y Chano Raciel, Hijos de Chanito.
La viuda no quiso opinar.



NOTA: Este Cuento pertenece al libro inédito “LOS HUEVOS POR AGUA” del mismo autor de este blog.

1 comentario:

  1. Yo soy de Villa Clara la provincia de ese grande del humor que fue y sera siempre Chanito Isidron, me alegra que aparezca en tu blog, es un homenaje de unos de sus seguidores, sigue que nos ayudas y palante

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