viernes, 30 de julio de 2010

EPISTOLARIO DEL VITRIOLO 2 (continuacion de la carta 1)

A la muy despreciable Doña Márgara Teodosia de Hoyos Grandes, Baronesa de Bembo suelto.

Estropeada Señora:

Admito que gozo el placer de continuar la misiva anterior sabiendo que Doña Bruna sufre pensando en la venganza que habrá de ejercer usted sobre ella por habernos dado la dirección del solar donde ahora tiene litera.

Entenderá lógico que yo rememore aquellas tardes de póker y masarreal en la Quinta de Tuberculosos Rumanos, entonces era usted quien se recuperaba de aquel legrado diagnóstico, recuerdo especialmente el espectáculo atroz de sus menstruaciones difusas tan comentadas.

No creerá si le digo que atesoro un daguerrotipo nada menos que del Reformatorio de Señoritas de Jovellanos: éramos entonces unas adolescentes impúberes que escandalizaban a los parroquianos en las cerveceras de Matanzas anunciando aquel jabón “Seda de Nutria” que tan famosos escozores y ronchas causaron en estas gentiles poblaciones. La foto es tremenda: yo, tan seria con las paraderas de cartón y las medias altas (¿o eran botas de agua), usted tan espantosamente elegante, recuerdo la de veces que la confundían a usted con la bongosera de la Charanga Típica “Las Nietas de Mahoma”. En próxima carta prometo enviarle el texto su exitoso bolero “Sombra de Verdolaga” que tanto coreábamos a la salida de la celda.

Qué más decirle mi añeja baronesa, con qué imágenes describir la soriasis que me invade los genitales en el instante amargo en que recuerdo que usted aun vive.

Le abraza con renovado rencor:

Doña Marnia Mirna de la Gándara y de la Cuétara Pajarón.

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